Ella es poesía, narración y diálogo.
Sobredosis de emociones, sueños, caídas y tropiezos.
Es Vicky, Cristina y hasta Barcelona.
La buena, la fea y la mala.
Los dálmatas, Cruela Devil.
Ella es Los Ángeles, Las Vegas, sus casinos y las traga-perras.
Primera hora de la mañana, atardeceres junto al mar y noches locas.
Ella es mares, ríos sucios, risas limpias.
Facciones jóvenes, arrugas, viejos.
Es el ladrón y el policía gordo.
Canciones de amor, de suicidio, bandas sonoras de sus pelis favoritas.
Ella, las muelas del juicio, un mordisco en la oreja de Van Gogh y su escenario lleno de vagabundos.
Es una sala de cine en pleno estreno, un billete de tren caducado y un avión low cost estrellado.
Es una sala de cine en pleno estreno, un billete de tren caducado y un avión low cost estrellado.
Ella es el presidente, el rey, sus elefantes.
Es Moscou sin champú, el maquillaje de Mecano y el ayer de The Beatles.
Es The Rolling Stones sin lengua, Manolo Escobar sin su carro.
El submarino amarillo pintado de rosa.
Ella es el monte Rushmore con mi cara, un alpinista en bajada.
Es un diálogo de Chaplin, la ley de la gravedad.
Ella es la séptima vida del gato, el segundo plato.
Las palomas en la Plaza España a medianoche.
Agosto. Julio sin San Fermines.
Ella es diciembre sin navidad, pascua sin chocolate.
Es libertad, el vuelo del ave y su trompazo contra el muro.
Es sonrojarse, arrugar la nariz y guiñar un ojo con el otro cerrado.
Es derrota, primera clasificada.
Ella es más de lo que la sociedad le pide,
pero menos de lo que esta sociedad se merece.
pero menos de lo que esta sociedad se merece.
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