Suele pasar que le ves y te tiemblan las piernas. Le ves ahí, a lo lejos, con sus amigos, entrando en ese bar al que tenias pensado ir tú. Y te mueves hacia él, por inercia, por el fluir de la gente en la acera. Por magnetismo quizás, por la gravedad o por que tus pies se han puesto de acuerdo para joderte la vida. Y te la joden. Vaya si te la joden.
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