Yo, tan lluvia y tan sol siempre.

5 dic 2012

Vertical y transversal, soy grito y soy cristal, justo el punto medio, el que tanto odiabas cuando tú me repetías que té hundirá y me hundirá, y solamente el grito nos servirá, decías "es fácil" y solías empezar.

La noche se oscureció y todos los ojos se empezaron a abrir. Esperaban un destello de luz, pero su vida estaba demasiado rota ya. Esa duda de si el tiempo corre más rápido en compañía, que se ocultaba en una esquina de ellos, había invadido todo el cuerpo. El pensamiento era cada vez más corto.
La persecución había terminado al darse cuenta de que no era ninguna carrera. ¿Contra que corren? Por favor. Corrían por diferentes caminos. Aunque fueran al mismo destino. ¿De que les servía?
Ahora se abrazan más juntos, respiran más hondo, se quieren, o hieren, más fuerte. Y caen. Más alto. Muchas más. Proporcional al dolor. Y al rencor.
Ella disfruta viendo cómo sus ojos buscan la luz, ella, algo. Y lo encuentra. Y se hieren otra vez. Probablemente más que nunca. Por el miedo.
Él. Ella desea que todos sus amigos imaginarios no sean una farsa. Que aún tiene sus frases en la canción. Y la canción en la cabeza.
Que irónico. Él tiene miedo a que se termine el calendario y el mundo muera, mientras que ella tiene miedo de eso. De estar así mucho tiempo. Bien. Fantástico. Pero, al fin y al cabo, sin cambios.


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