Yo, tan lluvia y tan sol siempre.

13 dic 2012

Y ya lo sé, otra vez ha sucedido, volaron los manteles y el domingo se hizo especial

Pasó por delante de él, pero no le vio los ojos. La oscuridad impidió su luz, su fuerza, la conquista de algo irreal. Mañana será otro día para convertirlo en noche, y otra vez en día. Y en noche. En su coche. Una nueva oportunidad de ganar la batalla. No sabe ni que existe, pero esos ojos están a punto de cambiarle la vida y de romper esa cuerda que le ata. De cuello y manos, de pies arriba, sin respiración pulmonar. Y hoy se encuentran, otra vez, sin saludo. Da igual. Tampoco habrá despedida. "Mi nombre es Victoria, un placer conocerte". Victoria, piensa. Ella es demasiado triste para llamarse Victoria.
Y volvió a pasar por delante de él, pero no le vio los ojos.

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